lunes, 30 de abril de 2007

El graduado

EL GRADUADO (THE GRADUATE)
Director: Mike Nichols
Reparto: Dustin Hoffman, Anne Bancroft, Katharine Ross…
EEUU - 1967

ARGUMENTO
Benjamin Braddock acaba de salir de la facultad. En su primer verano fuera de las clases es seducido por la señora Robinson, la esposa del mejor amigo de su padre. Por si fuera poco, Benjamin también empezará a salir con Elaine, la hija de la señora Robinson. De esta forma, se producirá un aparatoso triángulo amoroso que llevará a Benjamin a enfrentarse con los Robinson y con su propia familia.

¿Te gustaría que te sedujera? ¿Es eso lo que estás tratando de decirme?
Mrs. Robinson.

COMENTARIO
El graduado es una soberbia película que cuenta la llegada de la madurez. Una madurez emocional y sexual a la que el protagonista, después de varios años de carrera, llega repentinamente de la mano de la experimentada señora Robinson, uno de los iconos femeninos más seductores que ha dado el cine en toda su historia.

La señora Robinson empieza seduciendo al personaje y los espectadores desde el cartel promocional de la película. Ese en el que vemos a un serio Dustin Hoffman sin poder apartar la vista de las piernas de su mentora. Una mujer prohibida para él que, sin embargo, no encuentra ningún obstáculo para arrancar a Benjamin de la apatía y convertirle así en un hombre capaz de plantarla por su propia hija.

La película es además todo un manual de realización y dirección de actores. Durante la primera mitad, el director Mike Nichols da rienda suelta a su talento para mostrarnos de infinitas maneras la relación de subordinación que hay entre el inocente Benjamin y la señora Robinson. Basta con prestar una mínima atención para comprobar como Anne Bancroft manda en cada uno de los planos que comparten, situándose siempre en una posición superior, tomando la iniciativa de cada conversación o, directamente, desnudándose ante el indefenso graduado, que no puede hacer nada por evitar rendirse ante sus encantos.

Mrs. Robinson seduce incluso cuando no está en pantalla. Lo hace mientras suenan repetitivamente los compases de la canción de Simon y Garfunkel, otro de los elementos fílmicos que la película dejó para siempre en la memoria del espectador. Esa canción, junto a la también fabulosa “The Sounds of Silence”, hacen imprescindible la banda sonora de la película, resultando además muy ilustrativa del contexto musical de la época.

Por último, de los miles de aspectos que se podrían destacar de El graduado, tal vez uno de las más importantes sea el descubrimiento del pequeño y grandísimo actor Dustin Hoffman. Un intérprete que bordaba en la película uno de sus primeros papeles en la gran pantalla, y que iniciaba así una meteórica carrera, ganando hasta la fecha dos premios Oscar, y llevando a cabo varias decenas de personajes inolvidables en películas como Tootsie, Kramer contra Kramer, Marathon Man o Cowboy de medianoche, entre otras.

ABOGADO
Uno de los mejores papeles femeninos en la historia del cine, una realización sublime, los primeros pasos en la gran pantalla del enorme actor Dustin Hoffman y una banda sonora inolvidable. ¿Qué más se le puede pedir a una película?

FISCAL
La señora Robinson pasa a un segundo plano en la segunda mitad de la película, y como decían Simon y Garfunkel en su canción, se la echa de menos.

VEREDICTO
¿Por qué El graduado es un clásico imprescindible?
Porque no podría ser de otra forma.

viernes, 27 de abril de 2007

Una noche en la ópera

UNA NOCHE EN LA ÓPERA (A NIGHT AT THE OPERA)
Director: Sam Wood
Reparto: Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Margaret Dumont...
EEUU – 1935

ARGUMENTO
Los Hermanos Marx dan vida a tres personajes que intentarán sabotear una función de ópera, para favorecer así los intereses de una joven pareja de cantantes.


Cuando me duele la cabeza me tomo una aspirina. Cuando estoy deprimido veo Una noche en la ópera.
Rafael Azcona (Guionista)

COMENTARIO
Entre los miles de fans de los Hermanos Marx siempre ha existido una controversia: ¿Cuál es su mejor película? Para muchos no hay duda: Sopa de ganso. Una gran película de mensaje antibelicista, en la que Groucho, Harpo, Chico y también Zeppo se tomaban a broma hasta la mismísima guerra. Para otros está igual de claro. La mejor película de los Hermanos Marx es Una noche en la ópera.


Yo ni siquiera creo que el resultado del debate tenga la menor importancia. Los Hermanos Marx dieron lugar a una de las filmografías más brillantes del género humorístico, y recordando los cientos de momentos inolvidables que protagonizaron, uno acaba por olvidar el título en los que tenían lugar.

Dicho esto, es muy posible que Una noche en la ópera sea la película que más de esos momentos inolvidables acapare. Aunque también es cierto que, debido al contexto operístico de la historia, es de las que incluye más números musicales, esas interrupciones de la narración marxista que siempre han molestado tanto al espectador contemporáneo, menos familiarizado con el teatro de variedades de la época.

Debates aparte, lejos de la anarquía reinante en todas las películas de los Hermanos Marx, Una noche en la ópera es todo un ejemplo de trabajo y planificación. El mítico productor Irving Thalberg se llevó de gira a los actores con el guión de la película, para probarlo noche tras noche en teatros y frente a diferentes públicos. De esta forma se iban eliminando poco a poco los chistes que no funcionaban, depurando aquellos que estaban a medio camino del éxito, e incluso calculando el tiempo necesario para no juntar dos gags seguidos, de forma que las risas del primero no impidiesen escuchar el segundo.

El resultado es una de las películas más divertidas de todos los tiempos. Una interminable sucesión de golpes de humor que aún hoy en día, 72 años después de su estreno, conservan intacta su eficacia.

Esta intemporalidad es un logro al alcance de muy pocos. No hay más que comparar con el cine de humor que estamos acostumbrados a ver hoy en día. Esas películas “de risa” que sin embargo, salvo notables excepciones, solo nos hacen sonreír en los tres o cuatro momentos que ya vemos en el trailer promocional, y que por tanto ya han perdido toda su espontaneidad al verlos por segunda vez.

A Una noche en la ópera no le sucede eso. Da igual cuantas veces se vea: funciona siempre y funciona muchas veces. Porque está repleta de escenas hilarantes. Todo el mundo habla del camarote de los Hermanos Marx, pero no podemos olvidar el comienzo de la película, en el que Groucho deja plantada a la oronda Margaret Dummont, para comer en la mesa de al lado con una exuberante mujer. O la famosa escena en la que el propio Groucho y Chico intentan llegar a un acuerdo, para firmar el famoso contrato en el que “la parte contratante de la primera parte será considerada como la parte contratante de la primera parte”. O la escena de las camas, o el discurso de los aviadores... O todo un infinito número de chistes desperdigados a lo largo de toda la historia.

En definitiva, Una noche en la ópera es una obra maestra que ha sobrevivido como pocas películas al paso del tiempo. Todo un clásico que deberían visionar todos los alumnos en los colegios, los institutos y las facultades... Y por qué no, también los trabajadores y los jefes en las empresas. Para que todo el mundo se de cuenta de que la vida no se vive igual si no es con una sonrisa. Y para conseguirla hay poca gente de la que nos podamos fiar más que de los Hermanos Marx.

Dicho esto...

ABOGADO
Es una de las películas más divertidas de toda la historia del cine. Y que siga siéndolo 72 años después de su estreno dice mucho de ella.

FISCAL
Da igual que los Hermanos Marx procedan del teatro de variedades. Los números musicales rompen el ritmo de la película, y lo peor de todo, privan al espectador de unas cuantas carcajadas.

VEREDICTO
¿Por qué Una noche en la ópera es un clásico imprescindible?
Porque los Hermanos Marx son de por sí parte de la gran historia del cine. Y ésta es, posiblemente, su mejor película.

sábado, 21 de abril de 2007

300

300
Director: Zack Snyder
Reparto: Gerard Butler, Lena Headey, Dominic West, Dominic Wenham...
EEUU – 2006

ARGUMENTO
Adaptación del cómic de Frank Miller. Cuenta la historia de los trescientos espartanos, liderados por el rey Leónidas, que lucharon contra el Imperio Persa en la Batalla de las Termópilas.

CRÍTICA
Superados los prejuicios hacia las adaptaciones de comics (que no me suelen gustar), las películas cuya acción tiene lugar siglos y más siglos atrás (que me suelen dar mucha pereza), y superados también los primeros veinte minutos de película (que hasta me hicieron reír), tengo que decir que me gustó 300.

Y al decir que me gustó estoy diciendo que la disfruté, que no sé si son sinónimos, pero sí que para este caso en concreto es la expresión más adecuada. Porque salvo para aquellas personas (que las habrá y serán unas cuantas) a las que la película les produzca un rechazo absoluto, las escenas de batalla de 300 son todo un espectáculo audiovisual ante el que es imposible permanecer impasible.

Ya de por sí, la idea de ver a trescientos hombres luchando contra todo un ejército suena muy espectacular. Lo bueno es que esas expectativas, por muy pacifista que se sea, se confirman cuando empieza la lucha, y comienza a correr la sangre a lo largo y ancho de la pantalla.

Para muchos, entre los que me incluyo, el trabajo de ordenador y los efectos especiales que dominan el cine de hoy en día, solo sirven para disimular el vacío argumental de la mayoría de historias que vemos en las salas. 300 no es precisamente un ejemplo de buen guión, pero no importa. Se le perdona porque merece la pena. Porque el resultado final de las escenas de batalla es inmejorable, y viéndolas uno siente que no tiene por qué ser perjudicial que el siglo XXI se instale definitivamente en la industria cinematográfica.

Y digo todo esto a sabiendas de que 300 tiene muchas cosas que perdonar. En parte por ser la adaptación de un cómic que tiene muy poco que ver con Mortadelo, Filemón y compañía. Porque la película está repleta, por un lado, de sangre, desnudos y escenas no recomendadas para mayores de dieciocho años… la mayoría de ellas bastante gratuitas. Por otro lado, en 300 hay personajes que, más que de un ejército, parecen sacados de una carroza del Día del Orgullo Gay, y otros muchos de la mítica película La parada de los monstruos, de Tod Browning.

Pero da igual. Ni siquiera cierta similitud entre los motivos que llevan a los trescientos espartanos a luchar en la película y la política exterior de George W. Bush son suficientes para no salir del cine satisfecho con la inversión que haces en la entrada, las palomitas y la Coca Cola. Porque incluso los títulos de crédito finales te recuerdan todo el trabajo que hay detrás de esa producción, y lo muy en serio que se han tomado la misión de dejar al espectador anclado a su butaca durante las casi dos horas de película.

Dicho esto…

ABOGADO
Si las escenas de batalla estuviesen acompañadas de un buen guión estaríamos hablando de un nuevo Gladiator. También es cierto que, a la salida del cine, no vi a la gente demasiado preocupada por ese guión.

FISCAL
La película es tan exagerada, que en algunos momentos es realmente complicado tomársela en serio.

VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo 300…
Ve a verla, salvo que sepas de antemano que eres uno de esos muchos a los que les causará rechazo.

viernes, 20 de abril de 2007

Concursante

CONCURSANTE
Director: Rodrigo Cortés
Reparto: Leonardo Sbaraglia, Miryam Gallego, Chete Lera...
España – 2007

ARGUMENTO
Un hombre consigue el mayor premio de la historia de la televisión. Pasados unos meses, los impuestos del premio, los intereses que generan todas sus compras y las miles de trampas del sistema capitalista, están a punto de llevarle a la ruina.

CRÍTICA
Tenía todas las papeletas para ser una buena película: Un director más que prometedor: Rodrigo Cortés (autor de 15 días, el corto más laureado en la historia del cine español), una buena premisa dramática, el actor Leonardo Sbaraglia, un trailer muy vistoso que invita a conocer la historia...

El problema es que cuando llevas tantas expectativas a una sala de cine, lo más normal es que te lleves una pequeña decepción. Eso fue lo que me sucedió a mi, solo que en lugar de una pequeña decepción, lo que me ocurrió es que durante más de la mitad de la película estuve deseando que se acabara cuanto antes.

Es cierto que la premisa inicial de la historia es muy llamativa: Un hombre que comienza a arruinarse después de recibir el mayor premio de la historia de la televisión. Sin embargo, ¿qué pasa después de que en el minuto 30 se planteé toda esa trama tan inusual?

No voy a revelar nada del final de la historia, pero sí a resumirlo en que no responde a las expectativas planteadas. Todo lo que parecía tan entretenido, acaba siendo una retahíla de críticas al sistema económico - financiero que nos ha tocado vivir, y de verdad que dudo que las personas que fueron a ver la película quisieran encontrarse con una trama así, por muchas metáforas visuales con las que pretenda adornar.

Otro de los argumentos que defendían la película, es que está realizada con un estilo muy arriesgado e impactante. Es cierto. Ese estilo tan agradecido es evidente desde el inicio de la película, pero también es igual de cierto que acaba por agotar al espectador pasados unos minutos.

La cámara lenta, las imágenes hacia adelante, hacia atrás o congeladas, los efectos de montaje, la deformación de la textura del fotograma... Todos ellos son recursos de gran efectividad, pero es necesario que estén medianamente justificados para que no parezcan simples alardes de realizador. En el caso de Concursante es imposible que todos estos trucos sean imprescindibles para contar la historia, y mucho más complicado aún que, además, consigan siempre el mismo efecto cuando se repiten una vez tras otra.

Por eso Concursante es un buen ejemplo de por qué no es buena idea planificar cada escena como si fuese el clímax de la película. Lo único que se consigue así es que el director atraiga la atención sobre sí mismo, en perjuicio de la propia historia, que deja de ser interesante desde el comienzo del segundo acto.

Aún así dará igual. Como he visto en varios medios de comunicación, como la película es diferente a lo acostumbrado y su estilo muy vistoso, ya es suficiente, aunque no haya mucho que contar debajo del envoltorio. A Rodrigo Cortés le nominarán al Goya al Mejor director novel (eso si no se lo dan), y así pasará a ser uno más de nuestros directores de cine... Esos que últimamente tienen las salas comerciales de nuestro país medio vacías.
Dicho esto...

ABOGADO
Rodrigo Cortés domina el lenguaje audiovisual. Y si hay alguien que quiera ver un videoclip de 80 minutos seguro que la peli le va a encantar.

FISCAL
La historia y los personajes van perdiendo interés conforme avanza la película. Puede llegar a hacerse muy pesada.

VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo Concursante...
Ve a verla bajo tu propia responsabilidad. Yo ya he avisado.