jueves, 7 de junio de 2007

Black Snake Moan

BLACK SNAKE MOAN
Director: Craig Brewer
Reparto: Samuel L. Jackson, Christina Ricci, Justin Timberlake…
EEUU – 2006

ARGUMENTO
Lazarus es un músico de blues al que su mujer acaba de abandonar. Un día encuentra cerca de su casa a Rae, una chica mucho más joven que ha sufrido varias agresiones. Lazarus se interesa por la identidad de la chica y descubre que es ninfómana, y que ha mantenido relaciones con muchos hombres de la zona. Lejos de generarle rechazo, Lazarus intentará ayudar a la chica.

CRÍTICA
Qué difícil está ir al cine en esta época. Estadísticamente es la etapa del año en la que la menos gente acude a las salas, por eso las distribuidoras actúan en consecuencia y estrenan títulos de los que no deben esperar demasiado. Por cada entrega de Spiderman o Piratas del Caribe llegan a la cartelera varias películas sin demasiado tirón, y cuyo público potencial es aquel que se queda sin entradas para los grandes éxitos de taquilla.

Una de esas películas “de relleno” es Black Snake Moan, título que ha pasado casi desapercibido por su limitada presencia en salas, y porque los distribuidores parecen haber buscado a un tipo de espectador muy determinado, abusando de la imagen semidesnuda de Christina Ricci en el trailer promocional y trasladando así una imagen algo equívoca de la película.

Sin ser una película especialmente recomendable, Black Snake Moan es mucho más que una simple cinta erótica. El tema principal es el sexo convertido en enfermedad. La lucha de un hombre solitario y puritano por salvar de la ninfomanía a una chica joven que nada tiene que ver con él.

Esta relación entre los dos personajes es lo mejor de la película. Aunque parezca un recurso fácil, el enfrentamiento de dos personas extremas y opuestas entre sí funciona muy bien durante la mitad de la película. Tanto Christina Ricci como Samuel L. Jackson están muy a la altura en sus interpretaciones, como también lo está la estrella del pop norteamericana Justin Timberlake, y aquellos personajes secundarios que ayudan a introducir una nota cómica y a restar intensidad a la historia.

Sin embargo, a pesar del buen planteamiento inicial, Black Snake Moan no es una película que vaya a quedar para siempre en la memoria del espectador. El blues es un elemento más de la narración, y lo normal es salir del cine pensando que a la película le sobran, como mínimo, tres o cuatro canciones, que lo único que consiguen es desviar la atención del espectador.

Por este motivo, y porque se le podría haber sacado más partido a la historia, al final lo que queda es la sensación de haber visto unas cuantas escenas reseñables y una película que lejos de ser mala, podría haber sido mucho mejor.

ABOGADO
La ninfomanía no es un tema demasiado frecuente en el cine norteamericano, y menos tratada como foco de conflictos y no como excusa para introducir escenas eróticas en una película. En Black Snake Moan se da una visión de la enfermedad parecida a la adicción a las drogas, y se agradece este punto de vista.

FISCAL
La película acaba acusando el excesivo papel que tiene la música en la historia y una cierta falta de argumento. Se podría haber sacado mucho más de dos personajes así.

VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo Black Snake Moan...
Entra a verla si ibas a ver la tercera parte de Spiderman o Piratas del Caribe y te has quedado sin entradas. Por lo que me han contado saldrás ganando.

3 comentarios:

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

Blues y ninfomaníaen una peli???????? Dios, esa es mi peli!!!!

Bueno, ya sabemos lo poco que te suele gustar que la acción en una película se centre en la música, pero ¿de verdad que tanto corta el rollo el blues -la mejor música del mundo- en esta peli como para convertirse en un problema?

Cristina Ricci tuvo una actuación estelar en un episodio de Anatomía de Grey y estaba preciosa... cuanto ha cambiado desde que fue Miercoles!

Cess1980@gmail.com dijo...

Es bastante posible que te guste la peli, Goldman. No he dicho que sea mala, solo que te da ganas de bostezar repetidamente cuando Samuel L. Jackson coge la guitarra por tercera vez para marcarse un nuevo blues.

Ya nos contarás si ves la peli, pero date prisa, porque al menos en Madrid solo la ponen en un cine.

Anónimo dijo...

No es por decepcionarte Goldman, pero francamente, no creo que el nivel de blues y de ninfomanía de este película sean suficientes para amortizar el precio de la entrada. La suspendo sin piedad porque además de que no me aportó nada, me parece una película con un argumento tan estúpido que ni siquiera entiendo cómo el guionista consiguió vender su obra. Siento ser tan nazi, pero estoy harta de pagar por ver mierda.