Un buen día lo tiene cualquiera
UN BUEN DÍA LO TIENE CUALQUIERA
Director: Santiago Lorenzo
Reparto: Diego Martín, María Ruiz, Juan Antonio Quintana...
España – 2007
ARGUMENTO
Arturo tiene treinta años. Después de fracasar en el mundo de los negocios, decide empezar a preparar unas oposiciones, como salida más segura para su futuro. El problema es que apenas tiene dinero para vivir durante ese tiempo, por lo que decide inscribirse en un programa de vivienda, que permite a los jóvenes acceder a una vivienda por un alquiler ridículo, a cambio de compartir piso y dar los cuidados necesarios a un anciano solitario que, en su caso, resultará ser un hombre extremadamente inquieto.
CRÍTICA
Todos sabemos que una crítica siempre es subjetiva. Por eso nadie debe dejarse llevar a ciegas por el criterio de otra persona, y mucho menos pensar que su valoración personal es la más acertada. Dicho esto, que a una película como Un buen día lo tiene cualquiera le den la máxima nota en una conocida publicación cinematográfica, cuanto menos, levanta sospechas sobre la objetividad del crítico en cuestión.
Si bien no se puede categorizar diciendo que la película no gustará a nadie, sí podemos decir que, a buen seguro, de cien personas que la vean, como mínimo, noventa y nueve pensarán que, ni de lejos, ésta es una película de cinco estrellas. Lo raro es que dé la casualidad de que ese 1 por ciento tenga el poder de influenciar sobre miles de lectores.
Lo mejor de la película es su tema y la solución que propone al problema de la vivienda. A partir de ahí no hay mucho más que destacar. La historia tiene conflictos y subtramas que apenas generan interés, bien por insulsos, o bien porque casi todos los personajes carecen de cualquier tipo de empatía.
Por si fuera poco, durante la mayor parte de su metraje, Un buen día lo tiene cualquiera tiñe cada uno de sus escenarios con una atmósfera algo cutre. Independientemente de que la causa sea la falta de presupuesto o una elección estética de su director, lo poco vistosa que resulta la película no es sino otro reclamo más para que los espectadores no se acerquen a la puerta del cine.
ABOGADO
Hay que reconocerle al actor protagonista, Diego Martín, el mérito por sostener con credibilidad a su personaje en mitad de un gran vacío argumental. Además, él y Juan Antonio Quintana, dando vida al insoportable anciano, son los responsables de las tres risas contadas que soltará el espectador durante la proyección.
FISCAL
Se pueden decir muchas cosas, y resumirlas todas en que Un buen día lo tiene cualquiera es otra película más que solo contribuye a vacunar a los espectadores contra el cine español.
VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo Un buen día lo tiene cualquiera...
Vete a una terraza y disfruta lo poco que queda de verano.
Director: Santiago Lorenzo
Reparto: Diego Martín, María Ruiz, Juan Antonio Quintana...
España – 2007
ARGUMENTO
Arturo tiene treinta años. Después de fracasar en el mundo de los negocios, decide empezar a preparar unas oposiciones, como salida más segura para su futuro. El problema es que apenas tiene dinero para vivir durante ese tiempo, por lo que decide inscribirse en un programa de vivienda, que permite a los jóvenes acceder a una vivienda por un alquiler ridículo, a cambio de compartir piso y dar los cuidados necesarios a un anciano solitario que, en su caso, resultará ser un hombre extremadamente inquieto.
CRÍTICA
Todos sabemos que una crítica siempre es subjetiva. Por eso nadie debe dejarse llevar a ciegas por el criterio de otra persona, y mucho menos pensar que su valoración personal es la más acertada. Dicho esto, que a una película como Un buen día lo tiene cualquiera le den la máxima nota en una conocida publicación cinematográfica, cuanto menos, levanta sospechas sobre la objetividad del crítico en cuestión.
Si bien no se puede categorizar diciendo que la película no gustará a nadie, sí podemos decir que, a buen seguro, de cien personas que la vean, como mínimo, noventa y nueve pensarán que, ni de lejos, ésta es una película de cinco estrellas. Lo raro es que dé la casualidad de que ese 1 por ciento tenga el poder de influenciar sobre miles de lectores.
Lo mejor de la película es su tema y la solución que propone al problema de la vivienda. A partir de ahí no hay mucho más que destacar. La historia tiene conflictos y subtramas que apenas generan interés, bien por insulsos, o bien porque casi todos los personajes carecen de cualquier tipo de empatía.
Por si fuera poco, durante la mayor parte de su metraje, Un buen día lo tiene cualquiera tiñe cada uno de sus escenarios con una atmósfera algo cutre. Independientemente de que la causa sea la falta de presupuesto o una elección estética de su director, lo poco vistosa que resulta la película no es sino otro reclamo más para que los espectadores no se acerquen a la puerta del cine.
ABOGADO
Hay que reconocerle al actor protagonista, Diego Martín, el mérito por sostener con credibilidad a su personaje en mitad de un gran vacío argumental. Además, él y Juan Antonio Quintana, dando vida al insoportable anciano, son los responsables de las tres risas contadas que soltará el espectador durante la proyección.
FISCAL
Se pueden decir muchas cosas, y resumirlas todas en que Un buen día lo tiene cualquiera es otra película más que solo contribuye a vacunar a los espectadores contra el cine español.
VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo Un buen día lo tiene cualquiera...
Vete a una terraza y disfruta lo poco que queda de verano.
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