martes, 27 de enero de 2009

Revolutionary Road

REVOLUTIONARY ROAD
Director: Sam Mendes
Reparto: Kate Winslet, Leonardo DiCaprio, Kathy Bates …
EEUU - 2008

ARGUMENTO
En los años 50, Frank y April son una joven pareja a la que, de pronto, se les ha venido la vida encima. Tienen dos hijos, una vida como la del resto de sus vecinos y nada de ese espíritu joven que compartían al conocerse. De la noche a la mañana deciden cambiar de rumbo y planear un viaje a París para poder vivir la vida con la que antes soñaban. El problema es tendrán que luchar contra los prejuicios de sus amigos, compañeros... y los suyos propios.

CRÍTICA
Como ya hizo anteriormente con American Beauty, el realizador Sam Mendes vuelve a arremeter con su nueva película contra el sueño americano y el “American Way of Life”. En esta ocasión la crítica tiene una mayor intensidad dramática, pero también carece de esa acidez que tan buen resultado le dio en su opera prima.

Siguiendo con las comparaciones, si en American Beauty era el conjunto familiar el que era diseccionado al detalle, en esta ocasión el análisis se centra solo en el matrimonio protagonista, cuyos miembros aparecen en pantalla (ya sea juntos o por separado) en prácticamente toda la película. En este sentido, aunque algunos han aprovechado para promocionar la cinta como la nueva película de los protagonistas de Titanic (los inmensos Leonardo DiCaprio y, sobre todo, Kate Winslet), la verdad es que el argumento y la estructura de Revolutionary Road responden más al espíritu del cine independiente que al de los grandes estudios de Hollywood.

En la película el tema es mucho más importante que la sinopsis, que se resume en las esperanzas y desilusiones de una pareja en crisis. Porque ese argumento está subordinado al mensaje que se quiere transmitir. No hay apenas acción y sí muchos viajes interiores de sus protagonistas, en dirección a sus sueños y también en dirección hacia los mismos caminos por los que transitan día tras día el noventa por ciento de los ciudadanos del mundo.

En resumen, Revolutionary Road es una película necesaria. Quizás más por poder disfrutar de sus interpretaciones (y de ese espíritu rebelde que no debemos perder nunca), que de una historia especialmente bien contada... pero necesaria al fin y al cabo, y nada intrascendente.

ABOGADO
Michael Shannon está nominado al Oscar por un papel muy corto, pero extraordinariamente elocuente. Da vida a un hombre que, presuntamente, no está en sus facultades mentales pero que tiene más razón en su interior que todos los que le rodean. Es suya la mejor frase de la película, que viene a decir algo así: “Los que quieren jugar a las casitas se buscan un trabajo. Los que quieren jugar a las casitas bonitas tienen que buscar un trabajo que no les gusta. Y a los que ponemos en duda todo ese sistema nos dan permisos de cuatro horas para salir del psiquiátrico”. Esa frase, y el magnífico plano final son dos detalles brillantes dentro de una historia con muy buenas intenciones, pero que no consigue mantener esa genialidad de principio a fin.

FISCAL
Habrá quién encuentre a la historia un poco carente de argumento. Es cine para pensar (en la vida de los personajes y en la de uno mismo), no para comer palomitas.

VEREDICTO
Notable Bajo (Película para mirarse al espejo y ver si somos capaces de reconocernos).

TRAILER

1 comentario:

Unknown dijo...

Con sus pros y contras es una película que logra crear una fuerte empatía con el espectador gracias a su guión. Además, hay que reconocer que Sam Mendes sabe elegir muy bien sus historias, su reparto y en general su equipo. Revolutionary Road denota una profesionalidad tan exquisita como artesanal, y la trama está narrada con grata templanza, intensificándose de forma regular con la interacción de la pareja protagonista. Por otra parte la gravedad de sus conflictos y la valía de sus actuaciones no se equilibran con el real interés de sus personajes, con lo que flaquea la fuerza necesaria para que las situaciones arrebaten el ánimo y trasciendan sus estampas de disputas comunes, singularizadas en ocasiones por la aportación de un gran Michael Shannon como hijo de Kathy Bates.