jueves, 5 de julio de 2007

28 semanas después

28 SEMANAS DESPUÉS (28 WEEKS LATER)
Director: Juan Carlos Fresnadillo
Reparto: Robert Carlyle, Rose Byrne, Catherine McCormack …
Reino Unido – 2007

ARGUMENTO
Han pasado seis meses desde que el virus de la ira asolara Gran Bretaña. Todas las personas contagiadas por el virus han muerto de inanición, motivo por el cuál se considera ganada la batalla contra la enfermedad, y se decide empezar a repoblar la ciudad de Londres. Sin embargo, muy pronto aparecerán indicios que demuestren que el virus no está del todo erradicado.

CRÍTICA
Juan Carlos Fresnadillo, director de Intacto y Esposados (cortometraje de 1996 nominado al Oscar), es el encargado de dirigir esta secuela de la catastrofista 28 días después. Una continuación en el tiempo de los acontecimientos que desolaban Gran Bretaña en aquella película, y que desgraciadamente no aporta demasiado, o al menos lo suficiente como para que la continuación esté justificada por algo más que recaudar dinero en taquilla.

El planteamiento de la película es bueno. Porque pone al día a los espectadores que tenían un poco olvidada la primera parte y a todos aquellos que ni siquiera sabían que existía. En segundo lugar, después de una secuencia de acción que nos presenta al enemigo a batir, la película plantea una prometedora trama que tiene por objetivo repoblar una ciudad de Londres desolada, en la que apenas están autorizados a vivir 15.000 habitantes.

En este sentido, una de las cosas más agradecidas de la película son las numerosas imágenes que nos muestran la ciudad absolutamente despoblada. Un conjunto de espectaculares planos en los que vemos a helicópteros sobrevolando calles y más calles vacías, o a los niños protagonistas dando un solitario paseo en bicicleta por los barrios más conocidos de la ciudad, sin encontrarse con nadie a su paso.

Sin embargo, a pesar de haber apostado por un inicio más prometedor, y de contar con elementos visuales más propios de filmografías más exquisitas, a partir de un determinado momento, que no se hace esperar demasiado, todo ese planteamiento se viene abajo para que la película acabe convirtiéndose en algo muy parecido a una película de zombis.

La repoblación de Londres, una posible variación del virus protagonista e incluso una vieja y jugosa rencilla familiar acaban siendo tramas subordinadas a la más que vista huída desesperada de los protagonistas (y de otras quince mil personas más) con respecto a los afectados con el devastador virus. Unas escenas de cacería humana aderezadas con los consabidos litros de sangre, que solo tienen como elementos diferenciadores un acertado uso de la oscuridad nocturna y una más que impactante banda sonora.

ABOGADO
Es espectacular ver la ciudad de Londres sin un solo habitante, claro que eso ya lo habíamos visto en la primera parte, e incluso en Abre los ojos, de Alejandro Amenábar. ¿Por qué no habrán apostado por desarrollar la historia en otra ciudad diferente? A muchos no les hubiese importado tanto tragarse la misma película si al menos hubiese cambiado el devastado entorno.

FISCAL
El peor sabor que deja la película es que el inicio acaba siendo una prometedora acumulación de buenas expectativas que poco tiene que ver con lo que ocurre después.

VEREDICTO
Si pasas cerca de un cine donde están poniendo 28 semanas después...
Ve a verla si te gustan las películas de catástrofes, zombis y carnicerías varias. Pretende huir del estereotipo (y en ocasiones lo logra), pero en conjunto acaba recordando demasiado a este tipo de cine.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo especial predilección por dos tipos de géneros cinematográficos: por un lado, las películas de ciencia-ficción, y por otro, aquellas que apuestan por catástrofes y futuros apocalípticos. Con estos antecedentes tenía que ir a ver "28 semanas después" sobretodo teniendo en cuenta que me gusto mucho la primera entrega. ¿Qué decir de la película de Fresnadillo?. Lo mejor, sin duda, es la sensación claustrofóbica de un Londres desolado por un terrible virus. Todo ha permanecido igual, con los coches estrellados unos con otros en medio de la calle. Platos con comida podrida en las casas, en los restaurantes. Tejados en los que se puede leer:"Estamos vivos, sálvennos". En medio de todo ese panorama, las tropas de la OTAN logran asegurar un sector de Londres para su repoblación. Sin embargo, ves que algo va a ocurrir, que solo hay que esperar a que el virus vuelva a aparecer. Hasta ahí todo sobre ruedas. Me gusta la sensación de agobio y de espera hasta que todo se va a la mierda. Por cierto, dos escenas brillantes, la primera, la que ya comenta Cesar, de dos de las protas recorriendo un Londres desolado en una motocicleta, y por otro, la agobiantes escenas en las que el virus reaparece. Quitando un par de fallos en el guión, la película es más que aceptable. Saludos.

Dave The Rake Goldman (bad to the bone) dijo...

Yo lo que empiezo a ver es el virus Nico extendiendose en los comentarios de los que solemos ver asiduamente y participar en este blog. Nico se ha ido pero ha dejado su impronta...

:p